El fiscal Walter Martínez Soto, quien ha estado al frente de varias de las fiscalías que han intervenido en casos relacionados con este menor, subrayó la necesidad de que la respuesta del Estado no sea exclusivamente penal. "La sociedad espera que se tomen medidas con estos menores, pero debemos recordar que se trata de un niño", destacó el fiscal, añadiendo que el joven está siendo "mal aconsejado y acompañado".

Martínez Soto señaló que, en casos como este, suele haber adultos involucrados que manipulan a jóvenes no punibles o con problemas de drogadicción. En la causa anterior en la que participó, el fiscal había ordenado la intervención de diversos organismos municipales, provinciales, de la Asesoría de Menores y la Justicia de Familia. También se notificó a la Suprema Corte sobre la falta de coordinación en políticas ajenas a la justicia penal.

El fiscal remarcó la responsabilidad del Estado en estos casos, advirtiendo que, de no actuar, solo se estará esperando a que el menor cumpla la mayoría de edad y quede detenido. "No es un adulto con experiencia y voluntad para cometer delitos", enfatizó Martínez Soto, pidiendo que las instituciones asuman su competencia frente a situaciones como esta.

Martínez Soto también señaló que muchos de estos menores carecen de acompañamiento familiar o asistencia, y subrayó que la solución no debe ser exclusivamente penal. "Debe haber prevención a través de la educación, respetando al ser humano", concluyó. En este caso, solicitó que el menor sea alojado en el Centro Especializado de Aprehensión (CEA) de Batán para recibir un abordaje adecuado y prevenir futuros delitos.