El arquitecto señaló múltiples irregularidades en el proyecto, incluyendo la falta de un plan de manejo ambiental y la tala de más de 750 árboles, plantados en los años 30 para estabilizar los médanos. "No se plantea ninguna estrategia para renovar esas especies, ni se consideran las consecuencias de remover cientos de metros cúbicos de arena. Esto pone en riesgo la estabilidad de los médanos y el acuífero que abastece a la zona sur", advirtió.

Domingorena también criticó la ausencia de estudios paleontológicos en una zona reconocida por su valor patrimonial: "Cada intervención debería ser supervisada por el Museo Scaglia, pero esto no está contemplado en el proyecto".

Sobre la audiencia pública convocada para formalizar el proyecto, el arquitecto la calificó de mal organizada y poco participativa: "Hacerla de forma presencial y en un lugar de difícil acceso desincentiva la participación ciudadana. Las decisiones que afectan a toda la comunidad deben ser discutidas abiertamente", expresó.

Finalmente, Domingorena llamó a repensar el desarrollo en áreas costeras: "No estamos en contra del progreso, pero debe hacerse con planificación, respetando el entorno natural y las leyes vigentes. De lo contrario, las consecuencias serán irreversibles".