Porreta explicó que el galpón, alquilado hace siete años, quedó en una situación irregular tras la desaparición de la persona que recibía los pagos. "Siempre cumplimos con el alquiler, pero nunca apareció un dueño legítimo. Ahora, un supuesto propietario reclama el espacio sin mostrar documentación válida. Nos sentimos estafados", señaló.

Sobre la orden judicial, Porreta aseguró que resistirán el desalojo pacíficamente: "Nosotros no usurpamos este lugar. Queremos pagar el alquiler o, al menos, que nos den una prórroga para trasladar nuestras herramientas a otro espacio. Pedimos justicia y respeto por nuestro trabajo".

Porreta destacó la importancia de este galpón para la economía popular de la ciudad. "Lo que hacemos aquí permite que muchas familias se ganen el pan. Cada día nos levantamos a las 4 de la mañana para trabajar dignamente. Solo pedimos que nos permitan seguir adelante", concluyó.